Anarquismo Italia hoy

EL ANARQUISMO EN ITALIA HOY

 

Resumen de la exposición con la que dos compañeros sardos (Cerdeña) dieron paso a la charla-debate el día 9 de marzo de 2006


Antes de hablar de la represión desencadenada contra los anarquistas italianos es preciso explicar como están organizados en Italia.

La componente anarcosindicalista es minoritaria. La USI (Unión Sindical Italiana) ha nacido en los años 70 fundada por sindicalistas salidos de la CGIL , el sindicato de mayoría comunista, en lo que los anarcosindicalistas habían entrado después de la segunda Guerra Mundial. La USI tiene militantes sobretodo en el norte de Italia y en algunos sectores laborales como Sanidad o ISTAT, el Instituto Nacional de Estadística..
Hasta los años 90 la mayoría de los anarquistas estaban afiliados a la FAI (Federación Anarquista Italiana) que ahora solo existe en algunas zonas del norte de Italia. Los demás se reúnen en grupos, círculos, etc.; en particular hay grupos cercanos a la revista "Anarchismo" editada por Alfredo Bonanno, que son llamados anarco-insurrecionalistas.

Después de la segunda matanza mundial el primero ataque del estado italiano contra el movimiento anarquista fue en el 1969. Después de unos cuantos atentados reivindicados por un grupo pretendidamente anarquista del que formaba parte un solo anarquista (Pietro Valpreda), mientras los demás eran policías y fascistas infiltrados, el 12 de diciembre del 1969 dos bombas estallaron en dos bancos en Milán provocando decenas de muertos. El atentado fue atribuido, con la ayuda de una intensa campaña mediática y manipulación de los hechos, a Pietro Valpreda y al movimiento anarquista. Decenas de compañeros fueron encarcelados y el anarquista Giuseppe Pinelli fue tirado por la ventana de la comisaría durante el interrogatorio.

Solo la investigación de los comités populares antifascistas y de algunos periodistas burgueses alumbró la verdad; los anarquistas fueron puestos en libertad, sin embargo los fascistas y los hombres del gobierno responsables de los atentados ni siquiera fueron perseguidos. Uno de los jueces que intentó hacerlo resultó muerto en un atentado fascista. La estrategia de los crímenes de estado siguiò hasta los años 80.

Una vez que el terrorismo cesó quedaba el aparato policial, los servicios especiales y jueces que el estado pensó en utilizar contra el nuevo enemigo que construyeron y que apareció oficialmente en el 1996 cuando el juez Marini, del antiterrorismo de Roma, abrió un expediente contra una presunta organización anarquista. Se refería a la revista "Anarchismo" editada por Alfredo Bonanno. El mismo juez se inventó el nombre de la organización: ORAI (Organización Revolucionaria Anarquista Insurreccionalista). Fue la primera vez que los medios de comunicación hablaban del anarquismo insurreccionalista, describiéndolo de forma muy diferente del anarquismo insurreccionalista del que habla Bonanno. De hecho la organización teorizada por el juez Marini no pintaba nada con las ideas difundidas por la revista "Anarchismo". Marini denunció a 68 anarquistas, muchos de los cuales ni se conocían entre ellos, con la acusación de "asociación subversiva". Esta acusación es rescatada del Código Penal fascista, con la cual todos los que participan en una asociación que quiera subvertir el orden democrático, aunque no cometan delito alguno, pueden ser condenados de cinco a diez años de cárcel, mientras que los que la organizan corren el riesgo de ser condenados de 7 a 15 años de cárcel.

El mismo juez Marini escribió que la organización ORAI era muy rara porqué no tenia ni jefes, ni ningún tipo de jerarquía, cada uno de sus componentes actuaba por su cuenta sin informar los otros y a menudo tampoco se conocían. Al fin y al cabo era una organización sin ser una organización. El proceso Marini se acaba en el 2005. Solo 11 personas fueron condenadas por asociación subversiva y cinco más por delitos específicos. El mismo Bonanno ha sido condenado a cinco años de cárcel (y fue a prisión a pesar de su edad) por apología y propaganda subversiva (otros dos preceptos traídos también del Código Penal de Mussolini).

En el 1998 en Turin, el Juez Laudi (otro juez antiterrorista, simpatizante del mayor partido de izquierda) emplea la acusación de "asociación subversiva" para atacar el movimiento contra el Tren de Alta Velocidad (TAV). Tres anarquistas, dos italianos Edoardo Massari, "Baleno", y Silvano Pellissero, y una argentina Maria Soledad Rosas, "Sole", fueron encarcelados. Baleno y Sole murieron en la cárcel mientras que Silvano Pellissero fue absuelto de la acusación de asociación subversiva y fue condenado sólo por delitos específicos.

En julio de 2001 en Génova estalló una insurrección que el Estado derrotó con fatiga, mató Carlo Giuliani y torturó a decenas de personas. El 11 de septiembre de 2001 las Twin Towers fueron derrumbadas presuntamente por Al Qaeda. El representante del capitalismo, el Estado, tenia ahora el enemigo interno, los anarcoinsurreccionalistas, y el enemigo externo, los islamistas.

En los últimos años el Estado ha organizado su represión, destacando los informes semestrales de los servicios secretos al Parlamento, y como es claramente explicado en el libro "Criminología del terrorismo anarcoinsurrezionalista" recientemente publicado por la Aracne Editrice (2005), escrito por un comisario de policía, Marco Boschi que da clases a los demás policías sobre el peligro anarquista. El libro se abre con un prefacio de un juez, senador del mayor partido de izquierda, el antiguo Partido Comunista. La tipología del militante anarquista presentada en el libro es prácticamente calcada del libro "Los anarquistas" de Lombroso. El anarquista, llamado de manera genérica anarquista insurreccionalista, es una persona que sufre una patología que hace falta prevenir. El libro además enseña los síntomas de esta patología. Si durante un registro en casa del presunto anarquista se encuentran determinados libros (hay una lista que no incluye libros anarquistas sino libros que hagan referencia a la lucha armada) , si este en una manifestación pública grita consignas "violentas" o hace pintadas con un contenido "fuerte", si no tiene trabajo y no tiene pareja o hijos, está ciertamente enfermo y por lo tanto es culpable. Está claro que los mismos síntomas pueden tenerlos otras personas que no son anarquistas o puede que lo sean y todavía no lo sepan. El consejo del autor del libro, otra vez muy parecido a lo que decía Lombroso, es encarcelarlos en seguida antes de que actúen. Además, según él, la retorcida sicología de los anarquistas los animará a suicidarse y cuanto antes lo hagan mejor será, así que los que se quedan afuera no tendrán un mártir más. En el libro no se excluye, ni lo hacen muchos diputados o jueces, la posibilidad de crear leyes específicas para reprimir a los anarquistas "pues son enemigos del Estado".

Desde el 2001, ha empezado la represión contra el enemigo anarquista que paulatinamente se ha extendido a todos los movimientos antagonistas radicales. Desde hace pocos años en las comisarias de Bologna, Cagliari, Roma y Torino han sido creados los GIA (Grupos de Investigación de los Anarquistas) o sea grupos de policía cuya tarea es investigar, controlar y reprimir a los anarquistas.

Las estrategias represivas utilizadas son tres:


1) agresiones policiales; 2) agresiones fascistas; 3) acusaciones de asociación subversiva.

1. Las agresiones policiales tienen diferentes formas.
Todas las manifestaciones son cargadas con empleo de violencia y poniendo en peligro la vida de los manifestantes. Además se utilizan provocaciones continuas esperando la reacción de los compañeros para encarcelarlos. La policía intenta destruir la vida privada de los compañeros para aislarlos de los demás extendiendo el miedo.
En Roma en 2003 el compañero anarquista Massimo Leonardi ha sido detenido con la acusación de haber expulsado de una manifestación a un policía camuflado. Después de unos cuantos meses de cárcel ha sido absuelto y luego, ya veremos, detenido bajo otra acusación. En Cagliari (Cerdeña) seis compañeros han sido arrestados y condenados durante una manifestación en solidaridad con Massimo Leonardi disuelta por la policía. Los compañeros habían actuado para liberar a un compañero agredido por unos policías que, después de tirarlo al suelo de un porrazo, le daban patadas en la cabeza. Después de la manifestación el compañero quedó ingresado en el hospital algunos días.


2. La policía utiliza las agresiones fascistas.
Los fascistas se encuentran otra vez armados, organizados y pagados, sobre todo en el norte de Italia. Le agresiones fascistas se repiten, algunos compañeros han sido asesinados y muchos heridos de gravedad. Las manifestaciones de protesta contra estos sucesos son disueltas por la policía y se repite el guión descrito antes. Hace un año los fascistas en Turín atacaron un Centro Social hiriendo de gravedad a dos compañeros que fueron salvados por una intervención urgente del quirófano. La manifestación de protesta fue disuelta por la policía. Los compañeros huyendo han volcado las mesitas de la terraza de una cafetería. Diez compañeros han sido arrestados (la mayoría algunos días después de la manifestación) y denunciados por devastación y saqueo (acusaciones que prevén una condena muy grave). Entre los arrestados, el compañero Tobia Imperato que había escrito un libro en el que responsabilizaba el juez Laudi de la muerte de Sole y Baleno. El juez que ha ordenado el arresto del compañero Imperato es, mira por donde, el mismo juez Laudi.

El pasado 11 de marzo en Milán los nazis, admitidos a las elecciones, han organizado una manifestación. Algunos grupos autónomos marxistas han intentado bloquearla, la policía ha cargado y ha detenido a un diez por ciento de los manifestantes, cuarenta personas, la mayoría de los cuales todavía están en la cárcel, mientras los nazis hacían tranquilamente su manifestación.

En Cerdeña aunque la firme respuesta de los compañeros haya puesto fin a las agresiones fascistas, cada 25 de abril de cada año, día de la liberación del nazifascismo, los fascistas organizan manifestaciones de propaganda nazi protegidas por la policía. Los compañeros que se oponen son disueltos y denunciados. El pasado 25 de abril sendos compañeros han sido denunciados y una compañera sufrió una herida en la cara.

Las grabaciones de las cámaras de vigilancia son usadas por la policía sin prejuicios, así algunos compañeros de los Cobas (un sindicato de base) son acusados de participación psíquica (!) en la devastación de un banco, durante los acontecimientos de julio de 2001 en Génova, porque en las grabaciones no aparece su rechazo a la acción a la que asistían.


3. La acusación de asociación subversiva constituye el mayor peligro porque es difícil de organizar la defensa jurídica y se corre el riesgo de pasar muchos años en la cárcel antes del juicio.

Cada lucha social es reprimida con esta acusación basada en grabaciones telefónicas, en el uso de videocámaras y de GPS. Ya no se puede entender como la policía pueda pretender, teniendo bajo control estricto a los compañeros, que cometan delitos sin que la misma policía se entere. Las grabaciones son frecuentemente manipuladas e "interpretadas". Así que normales llamadas telefónicas, también entre personas que no comparten ideas antagonistas, se transforman, ajuicio de la policía en peligrosas comunicaciones en código. Las cartas de los presos, lo mismo. Más tarde la policía reinterpreta estas grabaciones o cartas, ya clasificadas previamente como peligrosas, es decir tenemos un doble nivel de interpretación. Al fin y al cabo las personas son enviadas al talego en base a lo que opina la policía sobre sus normales actividades habituales. La mayoría de los procesos que se están desarrollando en Italia siguen este recorrido.

En Roma, Massimo Leonardi y otros compañeros han sido encarcelados bajo esta acusación y después de más de un año de cárcel, sólo uno ha sido condenado, durante un juicio farsa, por esta acusación. Massimo Leonardi fue condenado a tres años de cárcel con la acusación de haber roto un cristal de un Mac Donalds durante la manifestación.

Los compañeros de Lecce que han luchado contra los centros de detenciones de sin papeles dirigidos por un cura con relaciones ambiguas, han sido detenidos el pasado mayo con la acusación de asociación subversiva y están a la espera de juicio.

En Cerdeña, el pasado mayo, las casas de cincuenta y seis compañeros han sido registradas; veintiséis compañeros han sido denunciados y siete detenidos. Podemos seguir con los ejemplos.

Los compañeros del circolo "Il Silvestre" de Pisa están sufriendo la misma persecución en estos mismos días. El circolo está prácticamente disuelto por las detenciones basadas principalmente en la "asociación subversiva" del Código Penal fascista. Uno de estos compañeros, Francesco Gioia, había escapado a España donde fue arrestado en Barcelona sin cometer ningún delito y, durante muchos meses, ha dado la vuelta por muchas cárceles españolas en espera de que lo entregarán a la policía italiana. Ahora en Italia está en espera de juicio.

Es cierto que muchos compañeros han sido absueltos de la acusación de "asociación subversiva", pero después de haber estado meses o años en la cárcel como preventivos. Además, aunque absueltos no los ponen en libertad (lo que ha pasado entre otros al compañero de Genova Gimmi Puglisi) porque policía y los jueces de repente se acuerdan de alguna de las tantas denuncias que tienen (y puede que ellos ni siquiera lo sepan) por ejemplo por participar en una manifestación no autorizada, así que se empieza con un nuevo proceso en el se acumulan nuevos meses o años de cárcel preventiva.

Todas estas estrategias son acompañadas por fuertes campañas mediáticas, incluso internacionales, que alumbran la posibilidad de que la represión se extienda a otros países. El pasado verano " La Vanguardia ", "El Pais" y "The Economist" han publicado artículos en los que se destacaba el peligro anarquista (haciendo referencia a los atentados, cometidos, sobre todo por italianos, del inicio del siglo XX) y se ponia en relación con el terrorismo islamista empleando otra vez un análisis teórico de tipo lombrosiano.

La situación es muy preocupante. Es preocupante para los compañeros italianos, porque la oleada represiva está lejos de acabar y posiblemente aumentará con el Gobierno de centro izquierda. Es preocupante porque, como se decía hace unos años "hoy en Italia, mañana en Europa". Puede ser que estos métodos represivos se extiendan a toda Europa y ya se usan en Grecia y España (por ejemplo el pasado febrero y en estos mismos días en Barcelona). Parece que incluso en los países del norte de Europa se prepara el empleo de estrategias similares. No es una casualidad que la fuerza de intervención europea, (que ha hecho un simulacro de actuación hace algunos días en Toledo), haya sido creada, después de Génova 2001, para reprimir las manifestaciones de protesta y que el jefe de esta fuerza tenga la sede en Italia, y sea un policía italiano (uno de los verdugos de Génova, un hombre que ya ha demostrado que sabe cumplir en su trabajo).

El movimiento anarquista unido (dejando aparte cualquier división) tiene fuerza para oponerse a esta ola represiva y luchar para defender el derecho de opinar y combatir para que el sistema capitalista desaparezca y en su lugar se construya el comunismo libertario.


Madrid, 9 de marzo de 2006

 

 

ÁGORA