LA LUCHA MINERA

Este verano la lucha obrera volvió a primera página muy a pesar de los gobernantes que nos ha tocado sufrir. La huelga indefinida lanzada por los sindicatos mineros en su conjunto, los cortes de carreteras, los enfrentamientos con las fuerzas represivas, los instrumentos de defensa tubos lanzadores de cohetes de artificio, las cargas policiales, las detenciones, la marcha minera, la toma policial de pueblos, etc. fueron noticia un día si y otro también.
La convocatoria de Huelga General se echó de menos, para arropar una lucha que los sindicatos del sistema procuraron tener lo más aislada posible. Desde Solidaridad Obrera participamos activamente en todas las acciones posibles. Enviamos ayuda económica directa conjuntamente con la Caja Obrera de Resistencia a través del FUSOA (Fondo Unitario de Solidaridad Obrera de Asturias), varios militantes estuvimos en Asturias, convocamos al recibimiento de Marcha Minera con el Bloque Unitario, participamos en la gran manifestación por la Castellana que terminó a palos la violenta Policía Nacional, atendimos jurídicamente a compañeras de la Corriente Sindical de Izquierdas de Asturias detenidas tras ser apaleadas. Publicamos a continuación los comunicados del Bloque Unitario de apoyo a la lucha minera y a Somonte, un comunicado de la Soli sobre lo ocurrido en la llegada de la marcha minera a Madrid, los comunicados del FUSOA y del sindicato asturiano CSI y un artículo de Isaac Rosa, antiguo columnista del desaparecido periódico “Público” que expresa mejor que nosotros nuestros pensamientos.

 

POR LA EMANCIPACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA
HACIA UNA HUELGA GENERAL INDEFINIDA
(Manifiesto del Bloque Unitario)


España ya ha sido oficialmente intervenida. El 10 de junio el Eurogrupo acuerda conceder a España un rescate de hasta 100.000 millones de euros, del que es beneficiario la banca y de la que es garante de su pago, incluidos los intereses, el Estado.
Estamos intervenidos y vigilados por la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) que ya pide aumentos fiscales (IVA), alargar aún más la edad de jubilación, limitar la retirada de dinero de los bancos, etc.
El escenario que se nos avecina es dramático. La deuda privada generada por la burbuja inmobiliaria y por la especulación en los mercados financieros se está transformando en deuda pública, mediante la inyección de capital público a la banca, la creación del FROB, el rescate, etc.
Esta reconversión de la deuda ha conllevado el ahondar en recortes sociales y en una Reforma Laboral destructiva de todos los derechos y conquistas de la clase trabajadora. Los Gobiernos de Zapatero, primero, y de Rajoy en la actualidad no han dudado en aplicar medidas, planes de ajustes estructurales, reformas y sobre-recortes, para continuar en su política de máximo beneficio empresarial que siempre redunda en detrimento de la clase trabajadora. Un buen ejemplo, la “nacionalización” de Bankia.
La contrapartida a la transformación de la deuda privada en deuda pública ha sido la eliminación sistemática de derechos, servicios públicos y sociales, y el recorte de libertades para reprimir las protestas sociales.
En previsión del rescate del que somos testigos, el 2 de septiembre del 2011, se aprobó una reforma constitucional expres mediante la cual se garantizaba el pago de la deuda por encima de los gastos sociales (pensiones, salarios de funcionarios, educación, sanidad, etc.) de forma que a partir de ahora, una vez que el Estado español ha contraído una deuda externa de hasta 100.000 millones de euros este 10 de junio, su prioridad será la del pago de la deuda, aunque eso signifique la reducción y eliminación de servicios públicos y sociales, cuyas principales víctimas serán una vez más, los trabajadores.
A medida que la crisis avanza y la protesta social, ha ido creciendo paralelamente la represión contra los movimientos sociales y el movimiento obrero, teniendo un importante punto de inflexión en la Huelga General del 29 de marzo del 2012, que se podría decir que ha sido hasta la fecha, la Huelga General de mayor participación en la última década, y en donde la represión policial contra el movimiento obrero ha sido más brutal. Especialmente en Barcelona, en donde varios sindicalistas fueron detenidos permaneciendo injustificadamente varios días en la cárcel, siendo los casos más conocidos los de los tres compañeros encarcelados durante más de un mes y el de Laura, secretaria de organización de CGT Barcelona. Produciéndose detenciones arbitrarias, denuncias y multas, que se recibieron durante la huelga del 29 de Marzo y posteriormente miembros de sindicatos y del 15M.
Sin embargo, después del éxito de participación en la Huelga General del 29 de Marzo es sorprendente la indecisión y ambigüedad de los sindicatos del sistema, CCOO y UGT, que ante un agravamiento sistemático de las condiciones de vida de la población, han negado contumazmente la nueva convocatoria de otra huelga general para echar atrás la Reforma Laboral, tal como propusimos desde los sindicatos alternativos, de clase y combativos, manteniendo en completa indefensión a miles y miles de trabajadores que han visto como la Patronal utilizaba impunemente esta destructiva Reforma Laboral.
En sentido opuesto es ejemplar y paradigmática la lucha de los mineros convocando la huelga indefinida y la lucha de los jornaleros en la finca autogestionada de Somonte (Córdoba), en donde una vez más ha tenido que volver a ser la clase trabajadora, al igual que en épocas pasadas de nuestra historia, la chispa que ha vuelto a encender la llama revolucionaria, a expensas de la represión que en estos momentos están sufriendo, con miles de multas y 400 militantes procesados para los que se piden más de 60 años de cárcel. Las repetidas detenciones que Diego Cañamero (portavoz del SAT) viene sufriendo a consecuencia de la acción directa practicada en la lucha obrera, atestiguan por si solas esa represión que preparan generalizar para los que luchan.
Es cierto que las energías fósiles se extinguen a pasos agigantados y nadie prepara a la sociedad para ese choque. Está claro que deberán sustituirse por energías renovables que en la actualidad no alcanzan ni por asomo las posibilidades de estas energías fósiles (petróleo, gas, carbón), por lo que es necesaria la inversión en investigación y desarrollo en este tema.
Tal como apoyamos, sin fisura alguna, el derecho de los mineros a defender su puesto de trabajo, defendemos que progresivamente en todos los sectores laborales, las condiciones de producción respeten el medio ambiente, que mejore la calidad de vida y la salud de los propios trabajadores. Deploramos la actividad extractiva a cielo abierto que ahorra costes a la patronal y destroza las cuencas y comarcas para el futuro. La clase trabajadora como dueña de su trabajo y de su vida siempre será consciente del daño que pueda hacer a la naturaleza y por lo tanto lo evitará.
La importancia de la huelga indefinida de la minería astur-leonesa y aragonesa en estos instantes es fundamental, al igual que la importancia de Somonte, en tanto que se constituyen en ejemplos vivos de la lucha obrera: la huelga indefinida y la autogestión.
Por este motivo mostramos nuestro total apoyo al proyecto autogestionado de Somonte y a la huelga indefinida de Asturias en la minería.
Animamos a todos los trabajadores a seguir estos ejemplos para avanzar hacia la Huelga General Indefinida en todo el Estado, que pueda crear las condiciones necesarias para una Revolución Social que recupere los medios de producción y gestión para quien produce y crea riqueza, la clase obrera.
(Manifiesto del Bloque Unitario: CGT, CNT, SAS, Solidaridad Obrera, Asambleas Populares y Grupos de Trabajo del 15M)

 

 

LA MARCHA MINERA
(Comunicado de Solidaridad Obrera)


El 11 de Julio, delante del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, los mineros en lucha dieron un ejemplo más al resto de trabajadores en la lucha por los derechos laborales. Más de un mes en huelga indefinida, desprovistos de sus salarios, pactados y firmados en el Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón, además de estar sujeto a un plan de subvención europeo pactado hasta 2018 que aseguraba la permanencia de las cuencas, pero de golpe y porrazo, sin aviso ni anestesia, el actual gobierno ha decidido que este acuerdo no se va a cumplir, utilizando una vez más la justificación de la crisis y que pretende imponer unos recortes de un 68% de las subvenciones, dejando a familias enteras sin sustento. Por otro lado el gobierno argumenta que el coste de importación del carbón es más económico, pero es bien sabido que el estado español ya importa el 80% de los recursos energéticos, razón por la cual somos el quinto país europeo por la cola en carestía de consumo eléctrico doméstico.
La manifestación fue apoyada por un gran número de personas, haciendo ver a los mineros que aquí en Madrid contaban con el apoyo de la clase obrera. Y así se lo hacían saber a su paso, gritando consignas de apoyo como “Madrid, obrero, apoya a los mineros”, “Que viva la lucha, de la clase obrera”…
La lucha que mantienen los mineros es un ejemplo más, del enfrentamiento que mantiene el gobierno contra los trabajadores, que “maneja” este país a base de leyes sin consensuar, impuestas por una mayoría absoluta conseguida a base de falacias, haciendo y deshaciendo, y obedeciendo las directrices de Europa a pies juntillas, para poder solucionar con su ayuda el desaguisado que han creado políticos y banqueros. Una ayuda en forma de préstamo, sujeto a duras condiciones, que no es para los ciudadanos, sino para ayudar a sus “amiguitos” los bancos, auténticos responsables de la crisis.
Desde Solidaridad Obrera seguimos y seguiremos luchando por unas condiciones laborales dignas y por los derechos adquiridos con años de lucha.
Pretenden que los trabajadores/as no podamos, en un futuro no muy lejano ni siquiera manifestarnos ni protestar, ya se dejó claro en las protestas, con la ayuda de los “piquetes del patrón”, como éstos cargaban y provocaban contusiones y heridas contra cualquiera que estuviese al alcance de su peculiar “justicia”. Mientras los mercenarios golpeaban y detenían mineros, los “líderes” de los sindicatos del sistema, Toxo y Méndez, continuaron sus discursos con absoluta tranquilidad y sin ninguna palabra sobre lo que estaba ocurriendo.

 

 

COMUNICADO DEL F.U.S.O.A. (4 de Julio)


Llevamos 38 días de huelga minera. Posiblemente nadie pensaba que la cuerda iba a tensarse hasta este punto, ni el gobierno ni los sindicatos. Sin embargo, los trabajadores y las cuencas mineras están dando, de nuevo, un ejemplo de lucha a toda la clase obrera.
Mineros encerrados en los pozos, una huelga masiva, cortes de carreteras y vías de tren, enfrentamientos con las fuerzas represivas,... Cada día nos demuestran el único camino para defender nuestros derechos, la lucha.
Pero todo esto no es gratis, la represión aumenta, hay varios detenidos, heridos y las familias llevan más de un mes sin recibir su salario. Es el momento de dar un paso adelante y demostrar que la solidaridad no son sólo palabras y gestos de apoyo. Mantener la lucha precisa de fondos y por ese motivo, FUSOA, como caja de resistencia, aportamos 1000€ a los trabajadores de varios pozos. El dinero se va a entregar a las propias cajas de resistencia creadas en los pozos y controladas por los trabajadores.
Hacemos un llamamiento a todos para que aporten a esta lucha en la medida de sus posibilidades, a través de FUSOA o directamente a las cajas de resistencia de los pozos. Debemos tener claro que no está en juego sólo el fin de la minería, nos jugamos mucho más en esta pelea y hay que tener claro en qué bando luchamos.
Por nuestra parte, vamos a iniciar una campaña para recaudar fondos. Y nos estamos encargando de canalizar ayudas como la que vino desde Madrid: 500€ Solidaridad Obrera, 1010€ Plataforma Sindical de la EMT, 250€ del SAS, 500€ Caja Obrera de Resistencia de Madrid. Total 2260€
Todo ello fruto de las relaciones que mantenemos en la Coordinadora de Cajas de Resistencia y Comités de Solidaridad
Si alguien lucha, vamos a estar a su lado.
PUXA LA LLUCHA Y LA HUELGA MINERA! RESISTIR YE VENCER!
4 de julio de 2012
FUSOA (Fondo Unitario de Solidaridad Obrera de Asturias)

 

 

AGRADECIMIENTO DE LA CSI A SOLIDARIDAD OBRERA (13 J.)


La Corriente Sindical de Izquierdas de Asturias quiere manifestar su reconocimiento y agradecimiento al sindicato madrileño Solidaridad Obrera, por su intervención decisiva en el amparo y defensa jurídica de las tres personas asturianas detenidas el pasado domingo en la manifestación minera de Madrid.
Contrariamente a lo que se había difundido por las redes, durante todos estos días, dos de estas tres personas sólo fueron atendidas por un abogado de oficio.
Conocedores de estos hechos, miembros de Solidaridad Obrera se pusieron en contacto con la CSI y se pusieron a disposición de las personas detenidas, que serán puestas en libertad con cargos, a lo largo del día de hoy. Por su parte, la CSI ofreció su apoyo económico a Solidaridad Obrera, para cubrir todos los costes económicos que se puedan derivar de la asistencia letrada.
Desde la CSI queremos manifestar nuestro profundo agradecimiento, tanto a Solidaridad Obrera como al conjunto de los trabajadores y trabajadoras de Madrid, por su apoyo y solidaridad.
Asturies, 13 de julio de 2012

 

 

SOY MINERO

Que en estos tiempos hipertecnologizados hayan tenido que ser los mineros los que enseñen el camino al resto de trabajadores, da que pensar. Que en la época de empresas flexibles, sociedad de la información, economía global, riqueza virtual y trabajadores desubicados y desideologizados, hayan tenido que ser los viejos mineros, con sus duras herramientas, sus manos callosas y su fuerte conciencia de colectivo, los que salgan a la luz y echen a andar para que los sigamos, debería hacernos pensar qué nos ha pasado a los trabajadores durante los últimos años, qué hemos hecho y dejado de hacer, qué nos han hecho y qué nos hemos dejado hacer.
Habrá quien diga que el protagonismo minero de estos días es pura coherencia: si la crisis y las políticas anticrisis suponen para los trabajadores un salto atrás en el tiempo, un regreso a trompicones al siglo XIX, nadie mejor que los mineros al frente de la manifestación, ellos que con tanta rotundidad encarnan aquellos tiempos iniciales del movimiento obrero. Pero no estamos ante un asunto de coherencia histórica, sino mucho más.
Las emocionantes escenas vividas en cada pueblo por donde han pasado los mineros en su marcha hacia Madrid, la acogida, las palabras de ánimo, las ayudas recibidas, la solidaridad extendida por todo el país, en las calles y en las redes sociales, y finalmente el recibimiento en la capital y el acompañamiento en su protesta por tantos trabajadores, deberían ser un revulsivo, marcar un punto de inflexión en la construcción de resistencias colectivas. Los mineros han roto algo, han despertado algo que dormía en nosotros, nos han empujado.
Sé que hay un componente no pequeño de simpatía que escapa a las razones de su protesta. Hay algo de justicia histórica, de memoria, de sentimentalidad obrera si quieren, en el cariño que los mineros reciben estos días, y digo cariño con intención, porque en ocasiones se trata de cariño más que de comprensión de sus reivindicaciones. La figura del minero, con su casco, su lámpara y su rostro ennegrecido está fuertemente arraigado en el imaginario de la clase trabajadora desde hace siglos, y por eso con los mineros no funciona el habitual discurso de los “privilegiados” con que algunos intentan anularlos desde la derecha mediática (por eso, y porque la minería representa desde siempre lo más duro y peligroso del mundo del trabajo, y su fatiga, lesiones, enfermedades y accidentes no casan bien con ningún privilegio). Por todo ello, por su condición popular de héroes de la clase obrera (demostrada, por otra parte, en tantos episodios de lucha en efecto heroica a través de siglos), parece natural que los mineros encuentren todo ese calor a su paso por los pueblos. No creo que una marcha a pie de, pongamos, camareros, albañiles, periodistas o funcionarios, lograse tanto apoyo, tanto cariño, tantos recibimientos, homenajes y adhesiones, por justas que fuesen sus reivindicaciones.
Pero más allá de ese componente emocional, importa el momento en que se ha producido esta salida de los pozos. En un momento de terror económico como este, cuando los trabajadores nos sentimos acorralados, desesperanzados, y nuestra resistencia se limita a adivinar por dónde vendrá el siguiente golpe, la aparición en escena de los mineros puede ser la lucecilla al final del túnel (el túnel en que andamos perdidos los trabajadores, no el tópico túnel de la salida de la crisis donde la única luz que se ve es la del tren que viene de frente), la señal que estábamos esperando. Los mineros nos están dando una lección que no deberíamos dejar pasar, y que va más allá de sus reivindicaciones por justas que puedan ser.
Y lo son. Los mineros tienen razón en su lucha, y no voy ahora a extenderme en por qué tienen razón. La tienen por todos los motivos que ya habrán oído y leído estos días, pero incluso si no tuviesen esos motivos, seguirían teniendo la razón de su lado, por una elemental cuestión de justicia histórica. Se lo debemos, a ellos y a las generaciones de mineros que les anteceden, y eso basta para que estemos obligados a respetar su medio de vida y sus territorios, ofrecerles salidas dignas y no escatimarles un dinero que es calderilla comparado con los rescates financieros. Pero insisto: lo que hoy me interesa no es tanto su lucha particular (que apoyo), sino esa lección de dignidad, solidaridad y resistencia que nos dan al resto de trabajadores. Todos nos hemos sentido interpelados estos días por la lucha de los mineros, en dos direcciones: porque en su reivindicación de un futuro digno cabemos todos los que igualmente carecemos de ese futuro; y porque la contundencia de su lucha hace más evidente nuestra pobre reacción ante los ataques sufridos.
En cuanto a lo primero, la reivindicación de los mineros es extensible a todos nosotros. En los mineros vemos nuestro pasado, nuestra conciencia de clase que en algún momento perdimos o nos arrebataron, las posibilidades de lucha colectiva que hoy no encontramos. Pero sobre todo, vemos en ellos nuestro futuro: en su grito para no ser abandonados, para no desaparecer, para no ver arrasados sus pueblos y comarcas por el paro y la inactividad, asoma un resquicio del futuro que nos espera a todos, convertidos todos en trabajadores abandonados a nuestra suerte, abocados a un largo tiempo de escasez, de miseria; a merced de un viento que no deja nada en pie; con millones de empleos en extinción, y toda España convertida en una gran comarca minera amenazada por la desolación y la falta de salidas.
En cuanto a lo segundo, la dureza clásica con que resisten los mineros, la violencia con que responden a la violencia, hace que debamos buscar otra palabra para denominar lo que hacemos los demás, eso que a menudo llamamos de manera exagerada resistencia. Mientras nosotros ‘incendiamos’ las redes sociales, los mineros prenden fuego real a las barricadas en las autopistas. Mientras nosotros convocamos una huelga cada dos años, sin mucha convicción y sobre todo sin continuidad, los mineros eligen la huelga indefinida durante semanas, inflexible. Mientras nosotros escribimos posts y tuits de denuncia contra los recortes (yo el primero), ellos se encierran en los pozos, paralizan el tráfico, levantan en pie de guerra comarcas enteras, y finalmente echan a andar por la carretera. Mientras nosotros pintamos ingeniosas pancartas y componemos simpáticos pareados para gritar en manifestación, ellos se enfrentan a cuerpo con la Guardia Civil. Mientras nosotros retuiteamos y damos miles de “me gusta” para apoyar las reivindicaciones de los colectivos más castigados, ellos van pueblo por pueblo dando y recibiendo abrazos, compartiendo comidas y techo. Mientras esperamos al próximo aniversario para volver a tomar las plazas, ellos se plantan en la Puerta del Sol tras haber hecho suyas las plazas de todas aquellas localidades por las que pasaron.
La lección está clara: ante el ataque total contra los trabajadores, estos no son tiempos de hashtag, sino de barricada. Frente a la solidaridad efímera de la red social y la indignación inofensiva, son tiempos de caminar juntos, de compartir encierro o marcha, de encontrarse en las calles, de abrazarse como ya no nos abrazábamos, como estos días se abrazaban los mineros con quienes los esperaban a la entrada de cada pueblo.
Por todo ello, el gobierno no puede permitir que los mineros ganen este pulso: porque si triunfan, estarán dando un mal ejemplo para el resto de trabajadores, que podríamos tomar nota, aprender la lección, seguir su ejemplo para ser escuchados, para no ser pisoteados, para no seguir perdiendo: luchar, resistir, construir redes de solidaridad, ser firmes, llegar hasta las últimas consecuencias, tomar la calle, recuperarla. Por eso la durísima represión policial contra los mineros y su criminalización mediática.
Por las mismas razones los trabajadores necesitamos que los mineros ganen este pulso: porque su victoria despeja el camino para nosotros, y en cambio su derrota nos haría más difícil levantar la resistencia. Por eso hoy todos somos mineros, y tenemos que estar con ellos. Por justicia, por historia, por memoria, porque lo merecen. Pero también por nosotros, porque si ellos temen por su futuro, el nuestro es más que negro, negro carbón.

Isaac Rosa
Escritor y periodista (Sevilla 1974), autor de novelas “El vano ayer”, “El país del miedo” y “La mano invisible”

 

Aparecido en Contramarcha nº 61


Septiembre 2012

 

 

 

ÁGORA