Catorce prepucios cristo

 

LOS CATORCE PREPUCIOS DE CRISTO

Con cierta frecuencia, los medios nos recrean con alguna noticia referente a la Sábana Santa, sobre su datación, el enigma que representa, los últimos hallazgos... Yo siempre me adherí a la teoría del coito, ya que eso explicaría ciertos restos de semen y de sangre encontrados en uno de sus márgenes. Que el revolcón tuviera lugar en el monte de los olivos, en un serrallo de Betanía, en las cercanías del lago Tiberiades, o en las proximidades del mar Muerto, es algo que no reviste la menor importancia. Aunque si suponemos que la famosa reliquia no fue de un solo uso, eso explicaría a su vez las distintas distribuciones geográficas del polen y las esporas encontradas en el lienzo.

La asociación con el amor en vez de con la muerte me parece una idea mucho más interesante, y en cualquier caso más romántica. Siempre me dio la impresión que esto de las reliquias, y sus supuestos milagros, no es otra cosa que una puesta en escena, un espectáculo. Algo de lo que vulgarmente suele denominarse con el eufemismo castizo de «dinamita pa los pollos».

¿Cómo explicar si no, la proliferación de unos restos cuya abundancia desafía la mas simple enumeración por vía aritmética? ¿Cómo explicar los casi quinientos dientes de leche del niño Jesús que la Iglesia conserva? O los famosos catorce prepucios (Roma, Amberes, Maguncia...), cuando las Sagradas Escrituras sólo nos dan noticia de una única operación de circuncisión... ¿Se encuentra la respuesta en los evangelios apócrifos, o en los manuscritos del mar Muerto?.

Simplemente por acumulación, los clavos de la cruz que se conservan llenarían varios camiones de quincalla; y si reuniésemos los fragmentos de astillas de madera que proceden de la Santísima Cruz se podrían cubrir las necesidades en cruces de varios cementerios, reciclándolas convenientemente.

Qué decir de las cántaras que se podrían llenar con la leche de la Virgen que se conserva; o de los muchos edredones que podrían rellenarse con las plumas que existen del Espíritu Santo, todas ellas milagrosas... ¿Qué comentar de las 121 cabezas censadas correspondientes a 19 santos concretos, dispersos por las distintas catedrales?

Claro que Dios todo lo puede... Se me puede objetar que soy un descreído, pero es que claro a los que somos cristianos por imposición, y no por libre elección, a veces llegan a asaltarnos las dudas.

Otro tema que siempre me llamó la atención es el de la doble moral. Por ejemplo la predicación de la mortificación de la carne, y que sólo el matrimonio de José, el matrimonio de total abstinencia, es un auténtico matrimonio, de forma que lo mejor sería que los niños «se sembrasen a mano como el trigo».

Contrasta esta mojigatería oficial con la moral de algunos representantes de la Iglesia a lo largo de su historia. Por ejemplo, el Papa Sixto VI, un antiguo franciscano, que asaltaba sexualmente a su hermana y a sus propias hijas, que fundó prostíbulos en Roma, y que se los arrendó a varios Cardenales. O lo que nos dice San Bonifacio, según el cual en el siglo VIII DC había sacerdotes que de noche mantenían 4, 5, o más concubinas en su cama.

En algunos siglos los conventos de religiosas tuvieron mas actividad sexual que los burdeles, y todos los clérigos, desde la cúspide jerárquica hasta el último párroco de aldea, tenían sus mancebillas, aunque actualmente en algunas regiones, como EEUU, se lleven más los mancebillos.

Catorce prepucios cristo


Claro que hablando de doble moral, también habría que tener en cuenta la responsabilidad de la Iglesia en diferentes guerras y masacres (¿A Dios rogando y con el mazo dando?). Los albigenses, que fueron una corriente del cristianismo que retomaron ciertos aspectos del cristianismo primitivo, como cierta forma de comunismo, pues bien, el Papa Inocencio III a partir de 1209 inició una cruzada contra ellos, prometiendo grandes bienes a los nobles, y el dominio sobre sus tierras, con lo que tomando las espadas los príncipes cristianos con sus correspondientes ejércitos, los eclesiásticos, y legiones de prostitutas en rodantes «Templos de Venus», asaltaron las ciudades de los albigenses, y los pasaron a cuchillo. 15.000 muertos, sólo en la ciudad de Beziers. En 1572 en Francia, bajo el grito de «Viva la misa», tuvo lugar la inmolación nocturna de 20.000 hugonotes cuyo exterminio había exigido el papa Pío V.

La Biblioteca de Alejandría, la más importante de la antigüedad, donde se conservaba todo el saber de Grecia y Roma, fue destruida por hordas de cristianos fanáticos guiados por un Obispo... Esto de la Iglesia es un cuento de nunca acabar.

El reciente fallecimiento de Wojtyla abre una incógnita sobre la personalidad del futuro pontífice, aunque no debemos creer que un Papa «mejor» vaya a modificar nada esencial del aparato eclesiástico, pues creemos que es completamente indiferente quien esté a la cabeza de esa institución. De ella no puede devenir nada, sino lo que ya es. Dos mil años de práctica continuada nos autorizan a decirlo.

No es nada fortuito el que los italianos traduzcan las siglas SCV (Statto Cittá del Vaticano) de la matrícula de los coches de los altos miembros de la curia, con la expresión «Se Christo Veddere». ¡Si Cristo los viese!


C. Carretero


Aparecido en Contramarcha Nº 27

Abril 2005

 

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