El 17 de agosto de 1944, a las siete de la tarde, el ejército nazi quemaba vivo a Francisco Ponzán Vidal en Buzet-sur-Tarn, localidad francesa del Alto Garona, junto a otras 50 personas sacadas horas antes de la cárcel Saint Michel de Toulouse. Atrás quedaba una vida de lucha ejemplar por la libertad y contra el fascismo, primero en la República y en la Guerra Civil española y después, en la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, que vemos como en Paris se homenajea a los más de 4.000 republicanos que el 25 de agosto de 1944 liberaron la capital francesa del yugo nazi, desde estas páginas del Contramarcha queremos rendir un homenaje también a Francisco Ponzán Vidal y a los miles de trabajadores y trabajadoras que entregaron sus vidas en la lucha con el propósito de alcanzar un mundo mejor, aunque el mejor homenaje que se les puede rendir es continuar su lucha.
En la confianza de que algún día seamos capaces de mover la pesada losa que el fascismo y las izquierdas claudicantes han puesto sobre la historia social de esta tierra, el recuerdo del compañero Ponzán continúa vivo en nuestros corazones libertarios. Esta es una breve biografía de Ponzán.
Francisco Ponzán Vidal (Oviedo, 30/01/1911 - Buzet, 17/08/1944)
Conocido como Paco, Gurriato o El Gafas (por su miopía), este oscense por parte de madre vivió y estudió en Huesca, donde obtuvo el título de maestro con 18 años, siendo discípulo de Ramón Acín en la Escuela Normal. Miembro de la directiva del Ateneo Cultural Libertario de Huesca, activo y destacado militante de la CNT oscense.
A este sorprendente anarquista, de una personalidad con gran fuerza moral, amplio sentido de la solidaridad, amante de la libertad, la cultura y la paz mundial, los acontecimientos históricos le llevaron a ser un proscrito y aguerrido luchador.
Fue detenido en 1930 tras la sublevación de Jaca. En 1932 fue encarcelado por apoyar a los obreros en huelga de las industrias químicas de Sabiñánigo. En la insurrección libertaria de diciembre de 1933 es detenido y torturado por la policía en Zaragoza. En 1934 es detenido acusado de facilitar la fuga a 10 presos de la cárcel de Huesca. Ante la militarada fascista de 1936 y la pasividad de las autoridades republicanas, en Huesca requisa el material hallado en una armería haciendo frente a las columnas del ejército. En clara inferioridad y agotada la resistencia, Ponzán se evade a la zona leal.
Participa en el Consejo de Aragón, en concreto en el Comité Comarcal de la Colectividad de Angüés, donde es nombrado consejero de Transportes y Comunicaciones en el Consejo de Defensa de Aragón y Subsecretario de Información y Propaganda en el 2º Consejo. Al frente del Departamento estaba el anarquista Evaristo Viñuales.
Dimite a los tres meses y Francisco se reincorpora a la Columna Confederal Roja y Negra, 28ª División, que cubre el frente del Vedado de Zuera. Se enrola en el grupo de guerrilleros «Los Liber-tadores», adscritos a la 127ª Brigada del anarquista Máximo Franco. Su acción se desarrollaba en terreno enemigo, recogiendo información, liberando antifas-cistas evadidos y realizando actos de sabotaje. Por su actividad es ascendido a teniente del X Cuerpo del Ejército del Este, actuando en el Servicio de Información (SIEP).
Con la derrota, se refugia en Francia, no sin antes esconder depósitos de armas y dejar enlaces y bases de apoyo con la idea de proseguir la lucha. En Francia es internado en el campo de concentración de Vernet. Se evade, y con ayuda de exiliados libertarios crea en 1939 la primera y más extensa red antifranquista a ambos lados de los Pirineos. En 1940 es herido en Boltaña durante una incursión dirigida a liberar presos confederales en Zaragoza.
Con la invasión alemana de Francia, el Grupo Ponzán colabora con la red Pat O’Leary, la más amplia e importante red de evasión, información y correo al servicio de la resistencia entre 1940 y 1944. Ponzán entabla relación con los servicios secretos aliados, tanto ingleses como franceses, en línea con su plan de actuación antifran-quista, cuestión no aceptada por el Consejo General del Movimiento Libertario en el exilio dirigido por F. Monsetny, siendo desautorizado y abandonado orgánicamente.
Gracias a su red de pasadores, falsificadores, sastres, guías de montaña y contactos, cientos de antifascistas y judíos salvaron su vida, logrando huir vía Gibraltar y Portugal. También gracias a esta compleja red se distribuyeron en la España Franquista comunicados antifascistas como en noviembre del 41 el día 18 se repartieron en Barcelona y Madrid miles de volatinas impresas en rojo y negro con la figura de Durruti y el texto siguiente: «Libertad o muerte. Este fue el lema de Durruti. Este debe ser el lema de los trabajadores de España y del Mundo. CNT.» El 6 de agosto de 1942 se distribuyeron en Huesca miles de manifiestos en homenaje a Ramón Acín, su maestro y compañero asesinado por los franquistas seis años antes.
El manifiesto decía:
«Ramón ACÍN, el mejor de los hijos de nuestro pueblo. Hace seis años que un puñado de asesinos segó su vida. El tiempo no puede borrar su recuerdo. Hoy, mañana, siempre, los trabajadores, los que tiene hambre y sed de Justicia, piensan en él. En el artista, en el Maestro, en el Hombre bueno que consagró su existencia a la causa de los hambrientos y a quienes mil veces les habló de un mundo sin amos y sin esclavos...
Ramón Acín murió como había vivido. Escupiendo a la cara de sus verdugos el desprecio que en tantas ocasiones también había escupido al rostro de todos los tiranos.
Como él murieron muchos de sus discípulos. Los unos con las armas en la mano. Los otros, indefensos ante los piquetes de ejecución. Todos y cada uno serán vengados con el aplastamiento del fascismo y con el resurgir de una vida donde el hombre no sea lobo del hombre. Una sociedad en la que cada uno produzca y consuma según sus posibilidades y necesidades.
Ponzán y dos de sus enlaces
Ramón Acín, Evaristo Viñuales, Jesús Otal, Juan Barrabés, Alfredo Atares, Miguel Gella, Máximo Franco, Domingo Justes... hombres entre centenares que os hablan de la CNT, de la Libertad y de la Vida...
Al recordarlos hoy, alimentad vuestra fe en el mañana, vuestro desprecio a los verdugos que se pasean por nuestras calles; vuestro odio a los que sumieron nuestro pueblo en la noche más triste de su historia...
Trabajemos en silencio para que vuelvan a sonar himnos de Libertad y de Esperanza. Éste será nuestro mejor tributo a su memoria.
Trabajadores de Huesca y su provincia, la Confederación Nacional del Trabajo, los anarquistas, al recordar sus muertos, os saludan y os hablan de su fe en un mañana mejor...»
Fue detenido en 1942 y vuelto a internar en Vernet, de donde se fuga de nuevo y prosigue su lucha con la red de evasión. En abril de 1943 es detenido producto de una delación y encarcelado por las autoridades colaboracionistas francesas acusado de «actividades antinacionales» y «paso clandestino de frontera». Juzgado y condenado es encarcelado en Toulouse y entregado a la Gestapo, de donde fue sacado en un convoy junto a 50 antifascistas más para ser ejecutados y quemados en Buzet, sólo dos días antes de ser liberada la ciudad. Sus compañeros, tras años de lucha clandestina debilitados por la represión, no pudieron liberar a Ponzán de la barbarie nazi.
Reconocido y condecorado a título póstumo por los gobiernos de Francia, Inglaterra y EEUU. En su tierra: el olvido.
Hay dos libros que narran la vida de Francisco Ponzán: «La red de evasión del grupo Ponzán», del escritor y maquis libertario Antonio Téllez Solá y «Lucha y muerte por la libertad 1936-1945», escrito por Pilar, su hermana y colaboradora en la red.
Basado en el artículo de Raul Mateo Otal publicado en el boletin nº 2 de Huesca info
editado por el Ateneo Libertario Ramón Acin de Huesca.
ÁGORA