DIRECTOR GERENTE

 

 

Asunto: DE CÓMO LA EMPRESA, “eurito a eurito”, SISA A LOS VIAJEROS TODOS LOS DÍAS UN POQUITO                (o el fiasco de las máquinas billeteras “VAPE”)

 

Sí, Sr. Director, así sucede desde el primer día en que fueron instaladas esas máquinas billeteras automáticas (modelo “6.000” o “VAPE”). En cada vestíbulo de la Red hay una máquina de este tipo.

La particularidad principal de este modelo de máquinas es que los títulos de transporte sólo se pueden pagar con una tarjeta bancaria. Así se le advierte al viajero, mediante sendos mensajes –breves e intermitentes- en la pantalla táctil y en el display superior. No obstante, dos de las tres ranuras ubicadas en el frontal de la máquina (las de lectura de las tarjetas bancarias y del abono-transportes) siempre están abiertas (no están cerradas o tapadas), se haya seleccionado o no el título de transportes que se quiere adquirir.

El viajero, “acostumbrado” a las otras máquinas automáticas (modelos 3.000 y 4.000), se enfrenta en solitario y algo desorientado ante estas máquinas nuevas. Algunos viajeros (de los pocos que realmente las utilizan) no se percatan de los mensajes (breves y no permanentes) ni de la abertura de las dos ranuras mencionadas, e introducen el dinero por estas. Casi siempre se trata de monedas; la mayoría de 1 €, pero también de otros valores.

El viajero, entonces se da cuenta de lo que ha sucedido, pero muchas veces se calla y no lo advierte al personal de la estación, y finalmente saca otro billete en otra máquina. Paga dos veces. Lógicamente, en el 90% de los casos estas situaciones se producirán en los vestíbulos mecanizados, que son más de un tercio del total, donde la empresa deja desvalido al viajero. Es decir: el número de incidencias de este tipo es apreciable, como usted comprenderá. De hecho, cada vez que un trabajador de Metro revisa una de esas máquinas encuentra varias monedas (2, 3, 5 ó más euros), que, por supuesto, se envía como “dinero encontrado” y se añaden a la recaudación de un puesto de venta (taquilla o PCL). Por curiosidad, entre otras motivaciones, usted puede pedir esa información (“dinero encontrado en máquina metta”) llamando al Negociado de Recaudación.

Los trabajadores de Estaciones enseguida constataron este problema y adoptaron medidas informativas para intentar solventarlo. Una vez más, los trabajadores reaccionaron antes que la empresa, demostrando un interés que esta no tiene por atender bien a los viajeros. Así, en el frontal de la máquina colocaron notas o pequeños carteles para ayudar a los viajeros y para que estos no perdieran su dinero ni pagaran el doble por viajar en el metro. Esas notas evitaron algunos descuidos, pero las incidencias siguen produciéndose todos los días.

Tras la iniciativa de los trabajadores, la empresa ha colocado unos carteles sobre el techo de la máquina. Estos carteles han sido un fracaso (entre otras razones, por el lugar donde han sido instalados, fuera de la zona de visión normal del viajero) y, además, han supuesto una inversión económica significativa. Incluso en algunos casos no han podido ser colocados, ya que no cabían entre el techo de la máquina y el del vestíbulo.

Desde Solidaridad Obrera reclamamos a la empresa que solvente rápida y definitivamente este problema. Es evidente que la información sobre las limitaciones de la máquina no es observada ni comprendida por muchos viajeros. Por tanto, entre otras medidas que puedan plantearse, consideramos necesario que: 1) la nota informativa, llamativa, esté colocada en la parte inferior del frontal de la máquina, bajo la línea inferior de la pantalla táctil; 2) los mensajes (display y pantalla táctil) sean permanentes, hasta que el viajero “pulse la pantalla” y después seleccione el título de transporte; 3) las ranuras que indicamos en el segundo párrafo de este escrito deben estar bloqueadas hasta que sea seleccionada la compra; 4) la empresa pida disculpas a los viajeros por estas incidencias.

 

Madrid, 18 de abril de 2007

Por SOLIDARIDAD OBRERA

Fdo. Juan A. González Sánchez

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