PARÉMOSLES LOS PIES, NO NOS QUEDA OTRA
La crisis ha venido para quedarse
En más de una ocasión hemos afirmado que, en nuestra opinión, esta crisis capitalista ha venido para quedarse, pues no es coyuntural sino sistemática y diríamos que terminal.
Es evidente que los gobiernos de los distintos países van a hacer todo lo posible por mantener vivo este sistema y para ello van a emplear todas las medidas que sean capaces de poner en marcha. No van a preparar al pueblo para otro tipo de vida distinto al actual, no van a sentar las bases de otro sistema igualitario y respetuoso con el medio ambiente; todo lo contrario.
Al inicio de la crisis no han tenido reparo en utilizar ingentes cantidades de dinero para inyectar a los bancos y seguros “en peligro de quiebra”. Parecía que todo tenía solución dando más vueltas a la maquinita de hacer billetes. Pero ya hemos visto que no.
Ahora todos los gobiernos, respondan a izquierdas o derechas (y esto es importante), están tomando las mismas medidas contra la clase trabajadora. En la portada del contramarcha anterior ya señalábamos que “el capitalismo es así: palo y tentetieso para los trabajadores y guante de seda para los capitalistas” y las medidas tomadas por sus gestores (los gobiernos) lo vienen a reafirmar: ayudas para los bancos y grandes empresas y recortes y más recortes para los más débiles, los trabajadores. En definitiva, el aumento de la explotación.
Lo que empezó por Grecia como algo aislado que “no podía contagiar a ningún otro país” ha terminado en pocos meses reproduciéndose en todos los países europeos: España, Irlanda, Italia, Gran Bretaña, Portugal, Francia, Rumania… Y en todos los casos la receta es la misma: rebajas salariales y de las pensiones, retraso de la edad de jubilación, recortes en ayudas sociales…
En España el Gobierno de Zapatero ha sorprendido a los incautos con unas medidas feroces que dan la vuelta de calcetín a todo lo que venía afirmando durante meses que no iba a hacer. Y a la vez que se desata el ataque antiobrero, los sindicatos del poder mantienen las negociaciones de la Reforma Laboral que alargan lo que pueden para no desatar la ira de los trabajadores. Estos sindicatos van a procurar que no se haga nada y si finalmente convocan un día de Paro General, es para que no se haga la necesaria Huelga General.
En Grecia los sindicatos oficiales se han visto obligados a sumarse a las protestas convocando 5 huelgas generales de un día y las medidas siguen intactas. Por lo tanto el camino no es ese, todas las movilizaciones que sean encabezadas por los sindicatos oficiales no van a ningún sitio.
Por ello Solidaridad Obrera ha realizado un esfuerzo importante para unir fuerzas con otras organizaciones sindicales, políticas y sociales para trabajar juntos en la necesaria respuesta obrera. Sabemos que no estamos en las mejores circunstancias para responder contundentemente a estos ataques pero, no queda otra. Aunque no queramos vamos a tener que enfrentarnos, más pronto que tarde, con la realidad. Y la realidad va a ser cada vez más dura, las medidas antiobreras no se van a acabar en las anunciadas. Los capitalistas no pueden renunciar a sus pingües beneficios y, por lo tanto, el aumento de la explotación y el expolio de derechos seguirá siendo su receta hasta que les paremos los pies.
CONTRAMARCHA 51
ESPECIAL: JULIÁN MÉNDEZ GORINES IN MEMORIAM
Igual que hemos hecho en vivo en Hontanares (Riaza) o en el Ateneo Republicano de Vallecas, en este Contramarcha dedicamos cuatro páginas (de la 11 a la 14) a recoger los escritos que diferentes compañeros y compañeras han enviado recordando a Julián. Hay artículos extensos y los hay pequeños, los hay firmados por la Junta Sindical, por diferentes militantes del sindicato, compañeros de trabajo y por amigos de Julián de fuera de Metro. A algunos compañeros, especialmente a Javi, tenemos que pedirles disculpas por haber tenido que recortar su artículo original, pero el espacio no distingue de homenajes y sigue dictándonos su norma, todo es finito en este planeta.
No vamos poder suplir la falta de Julián, sus afectos, su humanidad, pero ni siquiera el tiempo podrá borrarnos su recuerdo.