EL COMPLOT IMAGINARIO
El SCMM acusa a los demás sindicatos de confabularse y urdir un complot contra él, según exponen, con la finalidad de hundirle. Todo porque, según “razonan”, no queremos acceder al simple cambio de nomenclatura de Conductor a Maquinista de Tracción Eléctrica, algo banal e inocuo que en nada afecta al resto, y que es, según dicen, un simple capricho del sindicato que presume de representar al 85% del colectivo, (el otro 15% debe ser prescindible, ya que no comulga con sus intereses).
Solidaridad Obrera no tiene ningún interés en impedir que un colectivo cambie o no de nombre, es más, si la cosa fuera una “simple ilusión frustrada” sería algo en lo que no perderíamos ni un segundo en discutir, ya que nos parece que la situación en Metro no es la más apropiada para perder tiempo y esfuerzos en dar o negar “simples caprichos” a ningún sindicato.
Pero el SCMM intenta ocultar la verdadera razón de su “empeño”. Lo normal hubiera sido ir con la verdad por delante y explicar los motivos reales para este cambio de nombre, y no esconderse de forma maquiavélica detrás de una “antigua aspiración” sin más recorrido, o con excusas tan zafias como la “igualdad de género”. Solidaridad Obrera no se niega a que se consigan beneficios a ningún trabajador o trabajadora de Metro, venga de donde provenga y pertenezca al colectivo que pertenezca.
Todos sabemos que esto no es un simple capricho, aunque el SCMM jure y perjure en el escrito, presentado a la Comisión de Seguimiento del Convenio Colectivo, que no tiene ningún afán de conseguir ventajas o prebendas que les diferencie del resto de trabajadores de Metro de Madrid.
Lo que se esconde es la pretensión de intentar conseguir que a su colectivo se le otorgue la posibilidad de verse incluidos en el RD 2621/1986, con el cambio de nomenclatura, puede ser incluso algo lógico en un sindicato gremialista, pero hacerlo como pretende el SCMM es cavar las líneas divisorias entre su colectivo y el resto, aupando al colectivo de conductores a la categoría de especial, todavía no está claro si defienden al colectivo o sólo a los afiliados.
Esta forma de actuar hace recelar de su actitud, hubiera sido mucho más honrado explicar con claridad sus fines y proponer luchar TODOS JUNTOS para conseguir cualquier beneficio para el máximo de los colectivos posibles, aunque se consiguiera sólo para uno. En esa pelea sí estaría Solidaridad Obrera.
El RD dice: La edad ordinaria de jubilación puede ser rebajada o anticipada en aquellos grupos o actividades profesionales, cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, peligrosa, tóxica o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad, siempre que los trabajadores afectados acrediten en la respectiva profesión o trabajo el mínimo de actividad que se establezca, se encuentren en situación de alta o asimilada a la de alta y cumplan los demás requisitos generales exigidos.
Y para Solidaridad Obrera está abierta a que TODOS LOS TRABAJADORES y TRABAJADORAS de Metro, puedan ser acreedores de este beneficio, o al menos hemos de intentar conseguirlo para el máximo de colectivos posibles
La pelea por mejorar nos afecta a todas y a todos, y cualquier mejora que se consiga bienvenida sea, pero no seremos nosotros quienes hagamos una selección ni elijamos quienes tienen derecho y quiénes no.
Por supuesto Solidaridad Obrera no forma parte de ningún complot, algo que sólo está en la imaginación de la ejecutiva del SCMM.
No le negamos nada al colectivo de conductores, lo que queremos es que la posibilidad de conseguir beneficios llegue al máximo de colectivos.
Todo lo demás son sólo patrañas, justificaciones y paranoias de los que dirigen el SCMM, y deberían hacérselo mirar, porque tras el papelón realizado en las movilizaciones, los continuos desplantes a la Asamblea General y la reciente acusación de haber sufrido un ataque frontal por proponer que las 30 plazas de conductor fueran preferentes para las categorías de nivel inferior a 10 de la Operativa, parecen síntomas de perder el norte… y el sur.
Madrid 30 de mayo de 2014
Por Solidaridad Obrera
La Junta sindical