Llamamiento para un encuentro libertario en la primavera de 2016
A mediados del siglo pasado se configuró un escenario, en los países centrales, en el que, por primera vez en la historia, se desarrollaron sistemas de protección social de carácter universal, así como una incipiente movilidad social que permitió a algunos sectores de la clase obrera «abandonarla», para pasar a formar parte de las «clases medias». Estos dos elementos funcionaron como un poderoso anestésico que estabilizó el conflicto social y evitó el cuestionamiento mismo de las bases del sistema capitalista.
Hoy, este escenario se trastoca en drama: las «clases medias» intuyen su próxima proletarización, mientras que cada vez es mayor el espacio de la exclusión, ocupado por los sectores trabajadores, precarios o sin empleo, jóvenes e inmigrantes. Al mismo tiempo, los sistemas de protección social se deterioran, privatizan y desmantelan, y se restringe su acceso precisamente a los más desfavorecidos, de forma que la asistencia sanitaria de calidad ya no está garantizada, se cuestiona su utilización por los ancianos, se excluye a los inmigrantes; el acceso a una educación formal devaluada ya no garantiza movilidad social de ningún tipo; a lo sumo, el acceso a un trabajo (=explotación) sumamente precario.
Paralelamente, la crisis energética y medioambiental, olvidada en los últimos años al haberse situado en primer plano los recortes económicos y sus repercusiones, no ha hecho más que agudizarse, sin olvidar que viene acompañada del cercano agotamiento de los combustibles fósiles, los minerales estratégicos y otros recursos básicos indispensables para el mantenimiento del despilfarrador modelo de producción y consumo imperante, anunciando el declive de una sociedad de la abundancia que el capitalismo prometía infinita y que hoy sabemos que dará lugar, inevitablemente, a espacios de incertidumbre, aunque también de esperanza.
Es en este escenario donde surgen movimientos y partidos que tratan de trasladar el mensaje de que el problema reside en la gestión, en un supuesto rapto de los mecanismos de la «democracia representativa», y se ofrecen para gestionar el desastre, ocultando que el problema es el propio sistema. Pero, afortunadamente, todavía subsisten grupos antagónicos al sistema capitalista en ámbitos como el sindicalismo, el antidesarrollismo, el ecofeminismo, etc., cuyo denominador común es el rechazo al modelo social imperante, las prácticas de trabajo horizontal y la esperanza de construir espacios de autogestión. Sin embargo, la mayoría de las veces actuamos parcialmente y de espaldas unos a otros.
Ante esta situación, activistas de diferentes sectores, conscientes de la imperiosa necesidad y del creciente interés existente por encontrar puntos de colaboración entre estos diversos grupos, colectivos e individuos que se mueven al margen de las propuestas de colaboración institucional o electoralistas (todas ellas cortoplacistas), hacemos un llamamiento para un encuentro estatal donde debatir las posibilidades de confluencia y/o coordinación.
Dado que partimos de realidades muy diferentes, y de que el capitalismo ya impregna todos los espacios vitales, haciendo prácticamente imposible para la gran mayoría de las personas «desertar» de él, debemos recobrar la humildad, reconocer que nadie tiene la verdad ni la respuesta a todo, apartar las diferencias y proponernos como obligación el inmenso pero gratificante trabajo de lograr la confluencia, para poder enfrentar, en las mejores condiciones posibles, la situación de debacle, deterioro ecológico y falta de cobertura de las necesidades básicas, y recuperar territorios e instrumentos que permitan gestionar horizontalmente los espacios más cercanos. Y queremos construir este espacio de encuentro y de trabajo partiendo de las experiencias ya existentes, con las aportaciones de todas las personas que estamos en la lucha diaria. Estamos obligadas a lograrlo. Todas nos hacemos falta.
Correo electrónico de contacto: laapuestadirecta@gmail.com