LA OTRA NOCHE SOÑÉ CON EL IWW
Fueron estos jefes quienes confiscaron tu tierra, ellos quienes dispararon a tus antepasados. Esta banda de ladrones es tu enemiga, son gente sin corazón. Todos los trabajadores debemos estar juntos, y ser siempre una sola tribu: la gran tribu de los trabajadores.
La IWW a los maoríes durante la Gran Huelga de 1913
de Nueva Zelanda
Esta cita sería tan buena como cualquier otra para comenzar este artículo en torno a los IWW, los Trabajadores Industriales del Mundo. Y el motivo de él, en cualquier caso, es la pequeña invasión que han sufrido los estantes de nuestro pequeño Ateneo Virtual.
Sobre el origen de la palabra “wobblie” ya hablamos en su día en el artículo que dedicamos a esta pequeña/gran organización con el motivo del cumplimiento de sus primeros cien años. Quien quiera volver a releerlo lo encontrará en la sección Tiempo de Historia del Ágora de nuestro Ateneo.
Como decíamos entonces la traducción de “wobbly” a la vieja lengua de Cervantes vendría a ser “temblón” o “tambaleante” y de una forma más elusiva y quizás más lejana y poética, su significado vendría a ser el de “inquieto”.
La anécdota que más se adapta a éste último significado sería sin duda la “puesta de largo” del apodo y el inicio sin duda de su adopción orgullosa por parte de los interpelados. Esa historia es así:
Durante una huelga en 1913 de 6.000 recolectores en Wheatland (California), un organizador de la movilización, Herman “Hook Nose” Suhr, pronto arrestado y acusado, envió un telegrama que decía “Enviar a todos los oradores y wobblies posibles”. En el juicio posterior de Suhr, un abogado de la defensa le preguntó qué significaba el término a lo que contestó que “inquieto” se usaba “generalmente entre la clase trabajadora para designar al IWW.”
Bien, los wobblies nos invaden, y lo hacen a través de libros y “discos” electrónicos.
Digamos de entrada que los libros están localizados para su consulta y descarga en las estanterías “IWW y SR” (donde SR alude a Sindicalismo Revolucionario), “El IWW en la novela” y por último en “Teatro y Poesía” de la Biblioteca; y los discos en el apartado de “Música para compartir” de la Fonoteca, ambas en el Ateneo Virtual Nacho Cabañas Magán de éste mismo sitio.
LOS E-BOOKS
Con los libros incorporados intentamos empezar a llenar el inmenso vacío existente en castellano -o español, como dicen ahora-, en cuanto a literatura referente a los Trabajadores Industriales. Decir también que varios de esos libros han tenido que ser traducidos expresamente, no simplemente digitalizados, para ser difundidos en formato electrónico.
El más llamativo de todos es sin duda el titulado Wobblies! Una historia gráfica de los IWW, que como su nombre indica es el cómic con el que “la organización hermana” celebró el primero de sus centenarios allá por el año 2005.
Ni que decir tiene que es un libro de fácil lectura y asimilación, con fines eminentemente divulgativos, y está centrado básicamente en la historia de la IWW en su país de origen los Estados Unidos, aunque hay leves incursiones a las luchas en México y Canadá.
Sin embargo, hay que decir que uno de sus hándicaps es su esquematismo, y que a pesar de sus 300 páginas hemos echado a faltar alguna que otra cosilla. Pero lo esencial está.
Dado que el libro solo existe, que nosotros sepamos, en versión papel, proporcionamos no solo la versión traducida al castellano (al igual que en el resto de e-books que no se encuentran disponibles en inglés en la red), sino también la versión inglesa; en este caso exclusivamente en formato Pdf, por la mala adaptación del cómic a otros formatos electrónicos.
Quizás en algún momento de la lectura, o no lectura, le interese volver a visionar la película Joe Hill de Bo Widerberg https://www.youtube.com/watch?v=SqOzS5hTiy8, o acceder al documental The wobblies que pueden visionarse en YouTube. El enlace al documental subtitulado en castellano es: https://www.youtube.com/watch?v=K7fDSzQcIuE&t=2247s . Como puede visionarse a lo largo de varias sesiones, puede llegar a no cansar, y desde luego hay formas mucho más aburridas de pasar una tarde.
Decir que la flamante afiliación en diciembre de 2018 del IWW a la CIT, de reciente creación en mayo de ese mismo año, y a la que Solidaridad Obrera ha planteado su adhesión, parece haber cerrado un paréntesis de 113 años de “indecisión internacional” por parte de los wobblies.
LOS ARCHIVOS DE SONIDO
Cuando a principios de 2019 nos planteamos la difusión de la cultura del IWW en lengua castellana, uno de los objetivos fijados fue la traducción de alguna edición del Little Red Song Book (Pequeño libro rojo de canciones). Sin embargo la traducción del libro Rebel Voices (Voces rebeldes) que incluye los textos de unas 80 canciones y 40 poemas, hizo esa tarea innecesaria.
La aproximación al arte canoro de los wobblies se ha realizado, por otra parte, a través de cuatro archivos de sonido.
El archivo titulado Pequeño libro rojo de canciones es un acercamiento a las canciones más famosas del Little Red Song Book a través de grabaciones estereofónicas que se ha procurado sean diferentes a las de los intérpretes de las otras tres grabaciones.
El archivo de Haywire Mac Aleluya soy un vagabundo está confeccionado con grabaciones de los años veinte del siglo pasado a las que se ha efectuado la limpieza de la fritura característica de los discos de pizarra. Estas grabaciones constituyen el legado más antiguo en la interpretación de las canciones wobbly.
El disco Songs of the wobblies es una grabación histórica que data de 1954, digitalización de un Lp de la era anterior al sonido estereofónico.
Y el último es un monográfico Utah Phillips. Utah, un wobblie anarquista conocido como “La voz dorada del Gran Suroeste” y fallecido en 2008, fue un cantante folk, narrador de historias y poeta que se situó en la gran tradición de los juglares proletarios y de izquierda que interpretaron su música no solo en salas de concierto, sino también en recitales en centros de trabajo, locales sindicales etc., y que se sitúa, por tanto, en la gran línea que arrancando en Joe Hill pasa por Woody Guthrie o Joan Baez.
El registro que ponemos a disposición del visitante está construido en torno al Lp We have fed you all for 1000 years (Os hemos alimentado a todos durante mil años), que está grabado en vivo, y que hemos editado, para eliminar la faceta de “contador de historias” de Utah, para dejar la música, básicamente canciones wobblies, que han sido complementadas por otras de otros álbumes.
La traducción de las letras de las canciones, pueden encontrarse como antes hemos dicho en el libro Voces rebeldes.
LA OTRA NOCHE SOÑÉ QUE VEÍA A JOE HILL
Y por último comentar la extraordinaria importancia que tuvo la música en la organización de los wobblies. No solo en EE UU. En todas partes. Las canciones servían para unir a los trabajadores en manifestaciones, huelgas, luchas en la calle o reuniones en locales sindicales… El siguiente ejemplo es parte de una canción australiana de Bill Casei, un wobbly que satirizaba así con sorna el parlamentarismo de los partidos obreros:
Empújeme al parlamento,
Rebóteme en cualquier forma,
Póngame en el parlamento
En las elecciones próximas.
Soy de un partido obrerista,
Y creo en la revolución;
Quiero hacerla prontamente
¡Viva la Constitución!
Pero sin duda el más famoso juglar o trovador wobbly (o cantautor, como diríamos de forma más “castiza”) fue Joe Hill, asesinado “legalmente” por la connivencia entre Compañías mineras, la Iglesia mormona y el Estado de Utah en 1915.
Earl Robinson compuso en 1936 en su recuerdo la música de una canción-lamento con letra del poeta Alfred Hayes de 1930: I dreamed I saw Joe Hill last night, que traducida libremente, vendría a decir algo así:
La otra noche soñé que veía a Joe Hill
Tan vivo como tú o como yo
Yo decía: “Pero Joe
llevas ya 10 años muerto”.
“Fue en Salt Lake”, dije yo
“Hacen falta más que armas
para darle muerte a un hombre”,
“Nunca he muerto” dijo él
“Nunca he muerto” me contó
“Joe Hill todavía no ha muerto,
Joe Hill nunca murió”
“Allí donde los trabajadores
combatan y estén luchando
encontraréis a Joe Hill.
Cuando los obreros hagan huelga
Joe Hill estará a su lado,
Joe Hill estará allí”
La otra noche soñé que veía a Joe Hill
La canción dados los avatares de los wobblies, estaba ya casi olvidada, cuando una jovencísima Joan Baez la rescató para el medio millón de asistentes al concierto de Woodstock de 1969, y a partir de entonces a los millones de personas que escucharon las grabaciones del concierto o vieron la película. Era de noche: https://youtu.be/l-JW4DKxwQM
Joan Baez interpretaría la canción posteriormente para la banda sonora de la película Joe Hill de Bo Wideberg de 1971.
Pero quien realmente dio a conocer la canción en los años cuarenta y cincuenta, durante el segundo “Miedo Rojo”, y en plena caza de brujas Macarthista fue Paul Roberson, un cantante wobblie de color hoy ya olvidado.
Roberson poseía una voz de bajo profundo con la tesitura y el color de Boris Christtoff.
Si la canción en la interpretación de Baez es una balada triste, en el hacer de Roberson es un adagio fúnebre que nos recuerda a Barber; un llanto inconsolable y desolado.
Hay varios documentos de cómo interpretaba Roberson esa canción, pero de entre ellos, hay uno especialísimo donde la canta a un grupo de mineros escoceses en 1949. La interpretación dura apenas 2 minutos en un videoclip de algo más de 3.
Es posible que Vd. crea estar ya de vuelta de todo, y que vio y oyó ya todo en este mundo, y si lo que le va es el rap, el vallenato, o el Que viva España, no se moleste, pero si se considera una persona sensible hacia los sentimientos que puede producir la música vaya al siguiente enlace.
Y no le avergüence emocionarse, porque eso le hace humano.