En la conmemoración del 1º de Mayo 2020 los sindicatos que formamos la Coordinación Rojinegra no confinaremos nuestras reivindicaciones. Más allá de la crisis sanitaria por el Coronavirus alzaremos nuestras voces para seguir denunciando que la avaricia del capital no sólo se sigue pagando con la riqueza que genera la clase obrera, sino también con su salud y con sus vidas.
Como bien es sabido, en el día del trabajo se homenajea a los denominados mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de 8 horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido 3 días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. Desde entonces, el 1 de mayo se ha convertido en una jornada de lucha, en un día de reivindicación de los derechos de las y los trabajadores.
Sin embargo, este año, este homenaje, esta jornada de lucha, debe ir más lejos de las reivindicaciones tradicionales en este día y debemos recordar como la denominada crisis del coronavirus se está cebando con las periferias de la sociedad, precarios, riders, personas sin hogar, inmigrantes, encarcelados, dependientes, ancianos…
Frente a las medidas gubernamentales que nos vienen dadas por los de siempre, ahora más que nunca el apoyo mutuo y la solidaridad, valores que han definido al anarcosindicalismo, deben imperar entre trabajadores y vecinos, así como, en cualquier relación social.
Pero la autogestión de los centros de producción debe estar también en nuestras mentes. Debemos de ser conscientes del cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo que ha provocado esta pandemia, siendo una solución la ocupación y la gestión por parte de los la clase trabajadora.
Por tanto, desde la Coordinadora Rojinegra consideramos unir a nuestras reivindicaciones tradicionales en este día, aquellas que, si bien tampoco son nuevas, hoy más que nunca es necesaria tenerlas presentes, ya que, ante una pandemia internacional, los problemas de la clase trabajadora, hoy más que nunca, son también internacionales:
- Sanidad universal y pública.
- Renta básica o prohibición de despidos y mantenimiento de salarios
- Ayudas a dependientes, ancianos y vulnerables.
- Pensiones dignas.
- Cese de la Represión y defensa del derecho de huelga.
- Derogación de las reformas laborales que precarizan al trabajador.
- Medidas de lucha real contra el machismo que impera en nuestra sociedad.
Cuando termine este confinamiento, saldremos de nuevo a las calles para exigir a las empresas que pongan en marcha todas las medidas necesarias para preservar la salud y evitar los accidentes laborales. Igualmente exigiremos que se deroguen las leyes represivas y liberticidas y se doten de los presupuestos necesarios para tener unos servicios públicos de calidad garantizados para todas las personas, incluidas las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.
¡Viva el Primero de Mayo y viva la clase trabajadora!