Comienza la reunión tratando la Vigilancia de la Salud por exposición a este cancerígeno de tipo I. Nos comunica la empresa la noticia de que un trabajador que ha sido enviado a realizar pruebas complementarias, y de otro que tras estas pruebas ha recibido el diagnóstico de placas pleurales, es de naturaleza benigna. Otro afectado más, aunque nos alegramos profundamente por este trabajador al ser uno de los diagnósticos menos lesivos relacionados con el amianto. Por esto, nos informa la empresa que no se puede declarar como enfermedad profesional (es cierto, así lo dice la legislación vigente), aunque están haciendo las gestiones para declararlo como accidente laboral. Parece que las malas artes y el negacionismo empiezan a alejarse en este asunto.
Sobre la Amosita aparecida en algunas muestras superficiales de material 2.000, siendo resultados realmente raros por el lugar y la cantidad, se inició una investigación de la cual nos darán explicaciones en el Comité de Seguridad y Salud al no estar presente el máximo responsable de operación y mantenimiento. Para esta investigación, como para todo lo demás, Solidaridad Obrera ha aportado multitud de sospechosos probables, como las fundas de cables de potencia, recubrimientos o pinturas interiores, usos de pasta de amianto o el error del laboratorio, o de quien tomo las muestras. Cualquiera de estos extremos deberá ser descartado o confirmado, con pruebas, para garantizar que nuestro lugar de trabajo es seguro.
Llegaron, al fin, dos requerimientos de la Inspección de Trabajo resolviendo a nuestro favor las denuncias presentadas por Solidaridad Obrera, una en septiembre y otra en diciembre. La primera, obligando a la empresa a dejar de jugar con la información sobre amianto durante meses antes de dárnosla, cinco días tienen a partir de ahora. También obliga a destapar los métodos del organismo llamado OCA, cuyas siglas deben significar Ocultación Controlada de Amianto, una especie de TEDAX del amianto que evita parar los trenes a base de descubrir amianto poco a poco. Esto último sabemos que no pasará, pues las fuerzas especiales, los servicios de inteligencia, las “cloacas” (abreviando), solo sirven si están bien tapaditas. La segunda resolución indica la necesidad de trazar cada pieza, elemento, subcomponente de un tren, desde su compra hasta su retirada, por el amianto, o por cualquier otro veneno al que podamos estar expuestos actualmente y que no sea ilegal hasta dentro de 10 o 20 años, así podremos localizarlo y eliminarlo cuando sea económicamente dañino, como ha pasado con el amianto.
Sobre la formación “no RERA” para todo el personal de oficio, nos “informan” que están en ello, no parece suficiente que les entregáramos la mitad del trabajo hecho. Eso sí, nos tranquiliza mucho saber que la formación “RERA” para directivos ya está, una preocupación menos…
Tras dos meses desde que Solidaridad Obrera entregara la modificación de la normativa para identificación y caracterización de amianto en nuestras instalaciones, integrando la UNE 171370-2, se consiguió aprobar parcialmente pues aún faltan las fichas que deberán ser rellenadas con cada pieza, elemento o ubicación con amianto. Parece que en Metro tienen las mismas ganas de trabajar en protegernos como lo tiene la IDA de mejorar la sanidad pública.
Una vez visitadas las bóvedas peor conservadas de nuestras estaciones, aplicando la UNE anterior, y realizar los cálculos sobre peligrosidad, nos informan que van a “estabilizar” (pintar con productos especiales que fijan las fibras de amianto) las zonas rotas y/o cortadas. Sin ser la solución esperada, pues solo se estabilizan parcialmente los centenares de metros cuadrados de fibrocemento, al menos se hace algo con una de las instalaciones en peor estado de todos nuestros lugares de trabajo actualmente. Además, nos comunican la intención de retirar la mayoría de estos paños a la mayor brevedad, término que depende de quien opine sobre este riesgo, pues a nuestro entender llegamos muy tarde.
Sobre las actuaciones llevadas a cabo en 2018 en la nave de señales, volvió a quedar claro que incumplieron todas sus obligaciones legales; ignoraron las solicitudes de la parte social sobre caracterización y protección; expusieron a nuestros trabajadores al veneno haciéndoles manipular piezas CON AMIANTO y dejaron esas piezas sin caracterizar hasta que Solidaridad Obrera volvió a dar la sospecha en 2020. Este modus operandi se parece mucho al extraño caso de la desaparición del útil de vulcanización de pasamanos que contenía amianto ocurrido en la sección de Escaleras Mecánicas. ¿Casualidad?, ¿causalidad?
La AMI, con la intención de enmendar estos y otros errores graves, nos relata la caracterización en profundidad que va a realizar sobre todos los elementos susceptibles de haber sido fabricados con amianto. Una tarea que, como casi todo en esta empresa, llega tarde, después de decenas de denuncias y discusiones, pero bueno, habrá que alegrarse pues lo único más importante que encontrar a los culpables de todo esto es conseguir que nuestros puestos de trabajo estén libres de amianto. Causalmente es la sección de Señales la que menos trabajo ha desarrollado en la dirección correcta, pese al máximo conocimiento de dicha sección del anterior representante de la AMI en materia de prevención… ¡Uy!, debimos escribir “casualmente”, que despiste.
En esta línea se están revisando e inventariando, además de todos los cuartos y equipos de Señales, la totalidad de los pozos de bombas y todos los polipastos. Así mismo, se va a retirar todo el amianto de las calderas, como los bulones de Línea Aérea, cumpliendo con las medidas de seguridad acordadas. Tras toda esta información sobre trabajos actuales y futuros, Solidaridad Obrera felicitó el cambio de rumbo e informó de la necesidad de descartar en los radiadores de toda la red de Metro la presencia de amianto. Una posibilidad remota, pero mejor andar sobre seguro.
Dada nuestra preocupación de que se hubiera trabajado sin la preceptiva Instrucción Especifica sobre equipos de Señales, la incluimos como punto siendo negado este extremo contundentemente. Nos alegramos de que se haya hecho lo correcto, y mucho, pero eso no fue lo que se nos dijo en el Grupo del mes anterior.
Como fruto de la investigación continua llevada a cabo por este sindicato, en el que no solemos dar puntada sin hilo, preguntamos sobre el amianto presente en Plaza de Castilla y la presencia de “betón” (sí, betón) con amianto, usado como impermeabilizante. Para no llevarnos demasiadas sorpresas en el mismo día, Obras decidió no aportar ninguna información relevante, además de desconocer la probable presencia de betón y si este contenía amianto o no. Se ofrecieron a hacer catas, lástima que al no tener ni idea de donde se usó- pues no han movido un dedo para averiguarlo -sea más postureo que la intención de encontrarlo.
Otra vez más, desde Solidaridad Obrera dimos la voz de alarma, en esta ocasión sobre la presencia de amianto friable caracterizado en nuestro material móvil, localizado y todo. Pero dejado ahí, tranquilamente, suponemos que luego nos sorprenderemos de que el juzgado nº23 encuentre delitos hasta el presente.
En conclusión: algunas cosas mejor, otras igual. De lo que no hay duda es de que si queremos salud y dignidad, depende de nosotras mismas.
Madrid a 23 de abril de 2021
Por Solidaridad Obrera
La Junta Sindical