Sobre la realización de las Vigilancias de la Salud Específicas por Amianto, nos notifica la empresa la realización de cerca de 1.900, con algo más de 130 renuncias. Así mismo nos indican que estas renuncias quedan fueran de la Ley, resultando en un claro incumplimiento de la Ley 396/06 sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud frente al amianto. Por ello nos solicita colaboración para animar a los trabajadores a realizar dicha vigilancia de la salud. Más les valdría que parte de su personal médico deje de meter miedo y negar la necesidad de estas pruebas. Tantos años de mentiras, de asegurar que son peores las pruebas que las enfermedades que se buscan, de negar la exposición, parece que aún no han acabado. No querer encontrar las enfermedades solo beneficia a la defensa jurídica de aquellos que, sabiendo del veneno, nos hicieron trabajar sin seguridad. Para solucionar este problema de renunciar a la vigilancia, desde Solidaridad Obrera les indicamos que lo primero es averiguar los motivos de tales negativas, a ser posible por escrito, para así poder tomar las medidas más oportunas en cada caso, como información, formación, documentación…
Ante nuestra exigencia de llevar a cabo una investigación sobre las instalaciones y trenes con mayor exposición, tanto con las caracterizaciones como con los testimonios de l@s trabajador@s afectad@s por alguna patología, nos pretenden marear con imposibilidades, con intentos parciales y con sus pocas ganas de llevarlo a cabo. Solidaridad Obrera sabe lo que hay que hacer, en su mano está que sea un atenuante o un agravante en el juicio sobre las actuaciones de esta compañía.
Tras el desastre de la nave PIRAL, en donde la empresa contratada (por la cooperativa de los pisos) incumplió las medidas preventivas hacia nuestros trabajadores y hacia cualquiera que pasara cerca, pues lanzaron amianto por doquier, se exigió la toma de medidas legales. La empresa, como siempre, “se lo pensará” pues piensa que entre empresarios no está bien visto recalcar los delitos.
En el tema de las muestras tomadas en bases porta relés, la empresa asegura que todos los trabajos se encontraban ya paralizados, asegurando que han seguido la IG-12 al dedillo. El papel, que lo soporta todo, dice que es cierto, los trabajadores dicen que no sabían nada. Metro tiene claro lo que importa, su seguridad jurídica, escribiendo papeles que nadie puede leer y de los que casi nadie tiene conocimiento.
Sobre el tema de la formación sobre amianto, para todo el personal de mantenimiento que no debe tocar nada de amianto, nos comunican que no han hecho nada. Por ahora la única formación sobre este cancerígeno sigue siendo aquella que nos dieron, donde el amianto era seguro, el fibrocemento eterno y su presencia anecdótica.
Material Móvil nos asegura que pretenden retirar/confinar las más de 300 posiciones con amianto FRIABLE presentes en los trenes. Piezas y elementos que están continuamente sometidas a vibraciones y fuertes corrientes de aire, que no parecían ser prioritarias hasta que Solidaridad Obrera destapó este hecho hace un mes. Trabajo que no fue sencillo, pues tanto el “mapa del amianto” como la documentación auxiliar parecen estar diseñados para ser confusos y difícilmente gestionables/consultables; otra prueba más de como Metro empezó tratando todo esto del amianto, negando, dificultando y torpedeando cualquier intento de mejorar la caracterización que, sin duda, ayudaría a la prevención.
Sobre el famoso OCA, “Organismo Consultivo del Amianto” o algo así, pues cada día se llama de una manera y todavía no hemos podido ver un papel suyo, nos intentan vacilar otra vez más, “negándose” a entregar el protocolo de trabajo para la localización de piezas con amianto. Negativas que no lo son, pues parece que les gusta más hacer como que no se enteran de lo que Solidaridad Obrera, por medio de la Inspección de Trabajo, les lleva exigiendo 3 años.
Volvimos a comprobar como esta empresa ha decidido no encontrar amianto en sus instalaciones, constatando que no han buscado ni un solo documento sobre la construcción de nuestras instalaciones, cosa que sí ha hecho Solidaridad Obrera, acudiendo al Ministerio de Fomento y a otros archivos generales públicos.
Sobre la investigación de la aparición de Amosita, nos aseguran que no han hecho avances (no nos sorprende) y ante la pregunta sobre la variedad de amianto que se usó en formato de polvo, nos indican que desconocen la variedad, pero que era blanquecino.
Sigue pasando el tiempo, sigue apareciendo amianto, sigue presente en nuestros puestos de trabajo, sigue siendo “una prioridad” a la que no destinamos medios ni personal.
El respeto a nuestra salud no se ruega, se defiende.