Asamblea de Alcorcón por la lucha obrera
¡¡ QUE NO SE SALGAN CON LA SUYA, QUE NUNCA NOS DEJEN CALLADOS!!
¡¡TAMBIÉN ES TU DIGNIDAD, TAMBIÉN ES TU LUCHA!!
Para ello os convocamos a Radios Abiertas en el INEM (cada 15 días), los martes a partir de las 9:00H, la próxima será el 3 de diciembre , en la que los parados y paradas de este barrio vean la asamblea obrera como una medio para canalizar su desidia, descontento e inquietud por participar, construir frente a la realidad alienante y destructiva, a través de la lucha, la organización y el trabajo en conjunto.
Intentando destruir el discurso de desidia, de «yo no puedo hacer nada, no va a servir para nada», etc…La primera fue el día 16 de noviembre y la próxima es el martes 30 de noviembre.
También os convocamos a la Radio Abierta los viernes a partir de las 19 h. (cada 15 días aprox.), en la C/Mayor con la C/Fuenlabrada. En la que el fin es crear conciencia: que no solamente se quede en una simple reivindicación de mejoras salariales, legales en relación a la reforma y su imposición (qué también), sino que se plantee el debate crítico de este sistema, de las causas y efectos de esta situación, de las formas alternativas de vivir combatiéndolo (consumo responsable, autoconsumo, ecología, etc), de las posibilidades de luchar y organizarse, de formas alternativas de trabajo, etc. Estará amenizada con música y podréis disfrutar de pequeñas actuaciones, vídeos, resolver vuestras dudas en relación a la Reforma Laboral, etc,…
La primera fue el viernes 12 y la próxima será el 3 de diciembre. Esperamos vuestro apoyo y asistencia!!
Si tienes alguna sugerencia, puedes aportar algo o te quieres poner en contacto con nosotros:
COMUNICADO
¡¡ESTAMOS HARTOS DEL DETERIORO DE NUESTRAS VIDAS!!
Los beneficios empresariales crecieron un 73% entre 1995 y el 2005 (más del doble de la media de la UE-15, un 33%), mientras que nuestros sueldos aumentaron en el mismo periodo un 3,7% (cinco veces menos que en la UE, un 18,2%), datos a los que nunca se les da la debida difusión en la prensa que ellos mismos controlan. ¿Es casual que la venta de coches, viviendas y artículos de lujo se haya disparado en nuestro país desde el año 2008? Nosotros creemos que no. Por eso estamos más que hartos de que los bancos y las grandes empresas responsables de la crisis económica, la corrupción masiva, el astronómico endeudamiento de la población, la especulación financiera y el mamoneo urbanístico vean multiplicar sus ganancias, incluso con la inyección de dinero público, tras hundir en el paro y la miseria a un 20% de los ciudadanos.
1) ¿Qué han hecho? ¿qué hacen? ¿qué harán?
A una generación entera de jóvenes, de barrios humildes como Alcorcón, nos condenaron desde un principio a la precariedad más absoluta, la imposibilidad de emanciparnos, la incertidumbre total, salarios vergonzosos y condiciones de trabajo lamentables. A los demás, más mayores o “estables”, pues “moderación salarial” y pérdida de poder adquisitivo, aunque tiburones financieros, Malayas y Poceros se hicieran ricos –evasión fiscal y dinero negro mediante- al calor del poder político. Los bancos jugaron con la vivienda y el crédito: querían que pensáramos que éramos ricos por tener un pisito, y así inflaron los precios de las casas, se disparó la construcción y la demanda, muchos ayuntamientos –incluido éste- se forraron con las recalificaciones de terreno y se subordinaron a los más poderosos, edificando un modelo insostenible, basado en un endeudamiento, el nuestro, que les reportó muchos beneficios, aunque ahora digan que no les fue suficiente. Pero no sólo jugaron con nosotros, sino que nos condenaron a pagar todas y cada una de sus “gamberradas”: el Estado rescató a los bancos con nuestro dinero, pero éstos ahora no “rescatan” con el crédito a la población y el pequeño comercio. Mientras tanto, compran en la Bolsa Deuda Pública a unos fabulosos intereses, y se hacen aún más ricos -si cabe- a nuestra costa.
Una vez más nos toca pagar al ciudadano de a pié la crisis de un Estado que nada hace por nosotros salvo atacarnos, en un “Plan de Ajuste” diseñado por los mismos “expertos” que nos dejaron tal y como ahora estamos. Recortes salariales, involuciones laborales, reducción del raquítico gasto en Sanidad y Educación, aumento de los intereses, restricción del crédito, privatizaciones para los amiguetes, recortes en las ayudas (ej. 420 euros, cheque bebé…), ascenso de los precios de la energía, agua, telefonía y de los impuestos indirectos -mientras que los que graban la riqueza no son tocados- son algunas de las perlas que nos hicieron, hacen y harán tanto P.P. como P.S.O.E., aunque el resultado de esas mismas medidas provocara hace no mucho una verdadera catástrofe social y emigración masiva en América Latina. Lo han demostrado de sobra: no nos defienden, y no nos representan. No se puede mantener eternamente un modelo económico y político totalmente antidemocrático, sin ningún control ciudadano y que nos condena a la mayoría. El futuro no nos es precisamente halagüeño.
2) ¿Y EN ALCORCÓN . . . QUÉ PASA?
En nuestro municipio tenemos actualmente a más de 13.000 vecinos parados, hecho que no quita que seamos uno de los pueblos que tiene mayor nº de Direcciones Generales por nº de habitantes, actualmente unas 27, cosa que nos sale por unos 85.000 €/brutos anuales cada una. Además, estos cargos están elegidos “a dedo” por el concejal de turno –otros 27, que cobran otro tanto, unos 80.000 €/brutos anuales cada uno, y el Alcalde unos 90.000 €/brutos anuales (aparte de dietas)…-, y no siempre para trabajar precisamente al servicio del ciudadano.
Que seamos la segunda ciudad madrileña con mayor número de grandes superficies, con lo que supuso y supone para el pequeño comercio; la faraónica construcción del CREAA, pese a la oposición del vecindario y el enorme desembolso que ha conllevado mientras que a la vez nuestro Ayuntamiento, como tantos otros, no paga el dinero que adeuda a muchos trabajadores autónomos; las privatizaciones de numerosos servicios e instalaciones municipales, recientemente restauradas para más inri, como las del patronato de deportes o el alumbrado público; la aprobación de la macro-recalificación del Ensanche Norte, con su correspondiente coste ecológico en una de las ciudades más contaminadas de todo el país; la destrucción del antiguo caserío en unos pocos años para levantar, como no, edificios… son cuestiones que exponen el divorcio entre la ciudadanía y los “profesionales” de la política. Nadie nos consulta y nunca contamos para ellos, salvo cada 4 años.
3) ¿dónde están los sindicatos? ¿qué podemos hacer?
Estamos hartos también de que los sindicatos mayoritarios sean parte de esa maquinaria y no planten cara de una vez por todas, con todos sus recursos y voluntad, para defender a la ciudadanía de esta estafa. Tampoco dijeron nada en su día frente a atropellos como los anteriormente mencionados; para ellos, al menos sus dirigentes, no existían ni la especulación, ni la precariedad, ni el endeudamiento, ni la corrupción institucional más flagrante de Europa, así como el retroceso de derechos y conquistas generalizado que hemos vivido pasivamente. Nuevamente tenemos que decirles que si no nos defienden, tampoco nos representan. No se puede hacer una defensa real de los ciudadanos traicionándolos permanentemente, actuando al margen de los mismos, y sin ningún tipo de control democrático a imagen y semejanza de los grandes partidos.
Por eso mismo un grupo de vecinos y vecinas hemos decidido organizarnos y tratar de ser un humilde altavoz de todos aquellos que estamos hartos, como tú, de que nos tomen el pelo: al fin y al cabo tenemos los mismos problemas que tú, no somos ni más ni menos que nadie. Por eso pensamos que de igual a igual podemos recuperar eso que nunca debimos perder: el derecho al pan y al trabajo, al futuro digno que quieren negarnos. Y esa reivindicación de dignidad se tiene que hacer desde los barrios y pueblos, centros de estudio y trabajo, no desde los despachos.
La ciudadanía, las clases más humildes -jóvenes o mayores, autóctonos o inmigrantes, autónomos, asalariados, precarios o parados- estamos totalmente desamparadas, pero nos queda movilizarnos, recuperar la ilusión colectiva, organizarnos en aquellos sindicatos que todavía defienden a los trabajadores, crear o fortalecer asociaciones e iniciativas sociales verdaderamente democráticas, darnos alternativas vecinales desde las que tomar el mando de nuestras vidas, y sobre todo gritar bien alto que hasta aquí hemos llegado. Todavía no lo hemos hecho, y hace mucho que esta situación dejó de ser un problema individual. ¿Empezamos?