Salud y rebeldía, digna rebeldía.
Cuando las frustraciones sociales y políticas propias, buscan referentes mesiánicos, seguramente se pisarán y eliminarán mojones de la memoria histórica y que tanto revuelo generaron en su tiempo. Hablamos de la insumisión, el movimiento antimilitarista de desobediencia civil al servicio militar, que sacudió la normalidad y naturalización de la “mili”, y que tuvo lugar en España desde los 80 hasta la suspensión del servicio militar en diciembre del 2001.
Eran jóvenes insumisos a una de las estructuras más nefasta junto a la todas las fuerzas represivas estatales, y que determinó la prisión a cientos de ellos.
También en el concepto etimológico, se dice de la persona desobediente, indomable, contestario indisciplinado, indócil, desobediente, insurrecto, insubordinado… que no está conforme con los preceptos y normas establecidos. En un sentido amplio y generoso en este mundo hay muchxs insumisxs!! Lo deseable es que nos sumemos como iguales desde los diferentes rincones.
Pero somos conscientes que las divergencias suelen transformarse en trincheras de enemigxs y que por intereses contrapuestos o por dogmatismo, no es posible llegar a los acuerdos mínimos.
En todo esto pensamos mientras veíamos asombradxs la deriva que ha tenido la llegada de un grupo de zapatistas, el comando 421, que recorrerá Europa. Nos sentimos excluidxs como otros tantos colectivos, organizaciones y grupos, desde el inicio de los preparativos hace ya unos cuantos meses. De ahí que sólo unos pocos pudieron participar en el acto del comienzo, declaraciones de colectivos conocidos en una misma onda, acompañaron la actividad cultural, artística….
Posteriormente en la plaza de Agustín Lara, unas cuantas decenas de personas aplaudían la presencia de este grupo zapatista en Madrid.
Muchxs de nosotrxs han y hemos estado vinculados a los zapatistas desde aquel 1 de enero de 1994 en Chiapas, y participado en encuentros internacionales, continentales, en los que se abordaban profundos debates sobre el cómo plantarle cara al capitalismo, al imperialismo, y podían tejerse sólidas redes de solidaridad entre iguales, y de mutuo fortalecimiento de reivindicaciones y luchas.
No hemos escuchado objetivos ni propuestas políticas colectivas, aglutinadoras, en este inicio de julio de 2021.
Rompamos el silencio que el poder establece con los juegos de manos del consumismo, del individualismo, de la figuración; rompamos la no política que abre las puertas a la ultra derecha, rompamos el sectarismo y la regencia, tenemos que recuperar las asambleas como el canal idóneo de participación.
Caminamos junto con todxs lxs luchadores, no creemos ni en mesías ni en apóstoles ni en traductores ni en interpretadores puros de la maldita realidad que nos reduce en lo objetivo y socava la esperanza.
Es indispensable un mundo nuevo, y en estos momentos está creciendo en nuestros corazones, sin jerarquías, libre, donde cada quién y cada cuál se sienta igual a todxs y a cada unx. Sin denominaciones ni bautizos, tenemos memoria y experiencia de rabiosa insumisión.
Madrid, 5 de julio 2021
Comité Confederal de Solidaridad Obrera